lunes, 9 de agosto de 2010

Amaia arrasó


La recién estrenada Plaza de España se consolidó la noche del sábado como el nuevo y el mejor escenario para conciertos multitudinarios en Ribeira. Hacía mucho tiempo que no se veía en la ciudad semejante concentración de gente (en realidad, antes no había sitio). Aunque el mérito, más que de la plaza, fue de la cantautora Amaia Montero.

Con su estilo melismático y subida a algo más parecido a unas plataformas que a unos taconazos, Amaia arrasó con sus temas de siempre y con los que apuesta en su último disco. Los más conocidos y los de estreno fueron los más aplaudidos: Quiero ser, Mirando al mar, La Bahía del silencio... Pero bailar, lo que se dice bailar, digamos que la gente no bailaba mucho.

Sobre el escenario, Amaia es mujer de pocas palabras. Los mojitos desinhiben al personal y desde el público la artista escucuchó de todo: desde "Amaia, hortera, te quiere Ribeira entera" hasta "¿Dónde está Gonzalo Miró?" o "Amaia, muy bien lo tuyo". Pero a Gonzalo Miró, que mantiene una relación sentimental con Amaia (o lo que sea que mantenga), no se le vio en Ribeira. En realidad, tampoco se le esperó. Y es que la fama es efímera y, cuando pase esta relación (si pasa) él será de nuevo un ex. Igual que ahora es el ex de Eugenia Martínez de Irujo. Igual que Amaia es la ex de La Oreja de Van Gogh. Porque, lo que es, es.

Amaia arrasó, las cosas claras. Pero, en las distancias cortas, pierde. Saludó de lejos en plan diva (a sus fans y a los operarios del backstage) y se arrimó a la valla para firmar dos autógrafos contados. Eso sí: saludó un buen rato antes de apearse del escenario (casi hay que desalojarla, porque ella no desistía del paseíllo).

Un par de horas antes, en una plaza mucho más pequeña pero igual de acogedora (la de la Concordia), el mítico grupo A Roda arrasó lo suyo. Sus letras no son pegajosas: son pegadizas. Por eso, con ellos la gente sí que baila. Lo que es, es.

Pero Amaia: tú, muy bien también. Tú muy bien.

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